En una rica fuente de natillas,
orgullosa una mosca paseaba,
y al verlas tan sabrosas y amarillas,
en su vuelo pasaba y arrasaba.
Misifú que era un gatito muy travieso,
haciéndose el tunante que dormía,
con el ojito entreavierto divisaba,
el vuelo que la mosca sostenía.
La, la, la, la, la, la, la, la.....
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